solía creer en el destino, ¿sabes? voy a la panadería, veo a un chico guapo en la cola, leyendo mi novela favorita y silbando esa canción que ha estado en mi cabeza toda la semana y pienso: "oye, tal vez él es el indicado". ahora, cuando me hallo en una situación parecida, sólo soy capaz de pensar: "seguro que ese cabrón se lleva la última barra de cereales". he dejado de creer. cada día siento que creo un poco menos, y un poco menos, y un poco menos... y eso da asco.
es curioso recordar aquellos días sin saber hacia dónde me dirigía exactamente ni qué venía en mi dirección.
acceso directo a pasar un día fuera en el campo solamente pensando en positivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario