bienvenido al misterio.

no duermas para descansar, duerme para soñar. porque los sueños están para cumplirse.



martes, 23 de octubre de 2012

de esas cosas que te marcan toda tu vida.

cuentan que hace muchísimos años se reunieron algunos sentimientos y algunas cualidades del ser humano. cuando el aburrimiento bostezaba por primera vez, la locura propuso: "¡vamos a jugar al escondite!". la intriga se levantó, extrañada, y la curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: "¿al escondite? ¿y eso cómo es?". "es un juego en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta cien, mientras vosotros os escondéis. cuando termine de contar, os buscaré hasta que os encuentre", explicó la locura. el entusiasmo bailó contento, y la alegría dio tantos saltos que terminó convenciendo a la duda e incluso a la indiferencia, a la que nunca le interesaba nada. pero no todos quisieron participar. la verdad prefirió no esconderse. ¿para qué, si siempre la acababan descubriendo? la soberbia pensó que era un juego muy tonto pero, lo que le molestaba en realidad, era que la idea no hubiera salido de ella. y la cobardía prefirió no arriesgarse. la locura rápidamente comenzó a contar.
la primera en esconderse fue la pereza que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra que encontró. la envidia se fue detrás del triunfo, quien con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. la generosidad no conseguía esconderse, porque cada sitio le parecía maravilloso para alguno de sus amigos y se lo cedía. por fin, después de pensar primero en todos los demás, terminó ocultándose en un rayito de sol. el egoísmo en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, sólo para él. la mentira se escondió detrás de un arcoiris y la pasión y el deseo entre unos volcanes.


cuando la locura ya casi había acabado de contar, el amor aún no había encontrado un sitio donde esconderse, porque todo estaba ocupado. hasta que por fin vio un rosal y decidió ocultarse entre sus flores. "¡cien!" terminó la locura, y comenzó a buscar. la primera en aparecer fue la pereza, que estaba sólo a tres pasos. a la pasión y el deseo los sintió en el vibrar de los volcanes. en un descuido, encontró a la envidia y claro, también al triunfo. al egoísmo no tuvo ni que buscarlo, pues él solito salió de su escondite, que resultó ser un nido de avispas. la locura, de tanto caminar, sintió sed, y al acercarse al lago, descubrió a la belleza. encontrar a la duda fue mucho más fácil, ya que la halló sentada aún sin poder decidir dónde iba a esconderse. así los fue encontrando a todos. pero el único que no aparecía por ninguna parte era el amor. buscó detrás de cada árbol, debajo de cada arroyo de la tierra, en las cimas de las montañas y, cuando estaba a punto de darse por vencida, vio el rosal. cogió una pequeña vara y comenzó a mover fuertemente las ramas. de pronto, escuchó un doloroso grito, porque las espinas habían herido los ojos del amor. la locura no supo qué hacer para disculparse, así que lloró, imploró, pidió perdón y, finalmente, prometió acompañarlo para siempre.
desde entonces, siempre se ha dicho que el amor es ciego y la locura siempre le acompaña.

acceso directo al amor y la locura en un mismo paquete.

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