cruzamos nuestros puentes cuando nos aproximamos a ellos y los quemamos tras nuestro paso. y no queda nada para demostrar nuestro progreso salvo la memoria el el olor a humo, y la presunción de que alguna vez nuestros ojos lloraron.
¿sabes? olvidamos la mitad de lo que nos enseñan en el colegio. pero cuando se trata de algo doloroso y de las personas que contribuyeron a causarlo, todos tenemos memoria de elefante.
acceso directo a las palabras mágicas: nunca le había contado esto a nadie.
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