lleno los pulmones con el aire que tomo prestado de mis días, de tus risas y tus noches, y siempre aterrizamos en la misma pista de baile intentando parar el aterrizaje, dando vueltas y vueltas para no pensar que esta música ya la hemos bailado antes.
es olvido sólo lo importante, y olvidé mirar al horizonte, donde guardo la verdad incontrolable. y fuerzo los bostezos para despertarme a oscuras contra espaldas y en lugares diferentes, y siempre aterrizamos en la misma parte.
acceso directo a una tarde de domingo rara y obligatoria, pero agradable.
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