bienvenido al misterio.

no duermas para descansar, duerme para soñar. porque los sueños están para cumplirse.



viernes, 25 de noviembre de 2011

conquistarla al final costó veintitrés cartas, seis canciones y, aunque me avergüenza decirlo, un poema.

-disculpe, señorita.
+¿sí?
-normalmente nunca abordaría así a una mujer, pero no he podido evitar fijarme en que tiene usted los ojos de una dama de la que una vez estuve enamorado.
+es una pena amar sólo una vez. he oído decir que hay hombres que consiguen amar dos veces, e incluso más.
-yo sólo he delirado una vez. nunca volveré a enamorarme.
+¡pobre hombre! esa mujer debió de hacerle mucho daño.
-cierto, me hirió de varias maneras.
+pero eso tan solo era de esperar. ¿cómo no iba a amar una mujer a un hombre tan apuesto como usted?
-no lo sé. pero creo que no me amaba, porque me atrapó con una sonrisa adorable y luego desapareció sin decir palabra. como el rocío bajo la débil luz del amanecer.
+como un sueño al despertar.
-como una doncella feérica deslizándose entre los árboles.
+esa mujer debía de ser verdaderamente maravillosa para enamorarlo tanto.
-era incomparable.
+¡bueno! todos sabemos que a oscuras todas las mujeres son igual de altas.
-eso no es cierto.
+está bien. supongo que tendré que creer lo que me dice. quizá algún día logre convencerme.
-esa ha sido siempre mi gran esperanza.
+mantenla. porque sin esperanza, ¿qué nos queda?

y si eso significaba que no era completamente mía, ¿qué? yo siempre sería la persona a la que ella podía acudir sin temor a recriminaciones ni preguntas. así que no intentaba conquistarla y me contentaba con jugar una hermosa partida. pero siempre había una parte de mí que deseaba algo más, y por tanto siempre había una parte de mí que deliraba.

acceso directo a una carrera feliz a través de la ciudad bajo la lluvia con un destino claro en la cabeza.

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