cuando las cartas salen malas y van los dioses a lo suyo, cuando la luna es un anuncio de neón. cuando el silencio te acorrala y te hipotecan el orgullo, cuando el crepúsculo te pega un bofetón. cuando las calles se amontonan, cuando los sueños se marchitan, cuando el teléfono se olvida de sonar. cuando las fuerzas abandonan, cuando la sangre se encabrita, cuando los bares coleccionan soledad. cuando se afilan las navajas, cuando conspiran los espejos, cuando enloquecen las agujas del reloj. cuando se rompen las barajas, cuando los niños nacen viejos, cuando la carne sabe a carne de cañón. cuando los ángeles blasfeman, cuando las secretarias lloran y cada aurora es una nueva decepción. cuando los telegramas queman, cuando los celos te devoran, cuando se pone el sol en la imaginación. cuando agonizan las verbenas, cuando las penas se repiten, cuando los trenes se equivocan de ciudad. cuando los besos envenenan, cuando los huesos se derriten, cuando el futuro imita al cobrador del frac.
como una lágrima de trapo, como la lluvia en buenos aires, como unos viejos calcetines de ocasión. y demasiadas pocas veces se merece la vida una canción, y demasiadas madrugadas amanece nublado el corazón.
acceso directo a una cursilada en toda regla.
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