le rodeo el cuello con los brazos y noto que vacila antes de devolverme el gesto. no es tan firme como antes, pero sigue siendo un abrazo cálido y fuerte. mil momentos pasan por mi cabeza, todas las veces que
estos brazos fueron mi único refugio del mundo. quizá no los apreciara como debía entonces, pero son
recuerdos dulces que se irán para siempre.
las ansias de venganza pueden arder largo tiempo, sobre todo si las avivas cada vez que te miras al espejo.
acceso directo a un abrazo que deseas que no se acabe nunca.
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