no se puede afirmar que me engañaba cuando me mentía. se llamaba
osadía y desde el primer día tuvo la cobardía de avisar. "
mejor no equivocarse, no me pidas jamás lo que no doy, ya sabes cómo soy y si quieres me voy", dijo cuando acabó de desnudarse. se llamaba
herejía, ¿cómo voy a saber si me engañaba cuando me mentía?. maestra en confundir al diablo y al rey de los altares, me citaba en bares con fuegos malabares y luego se olvidaba de acudir. callada por respuesta cuando jugué al dolor de corazón. su boca era un buzón de voz, sin compasión, dormido hasta la hora de la siesta. se llamaba
ironía y no puedo jurar que me engañaba cuando me mentía. ya ves, llegar a fin de mes no era firmar un parte de sucesos, se trataba más bien de envejecer huérfano de sus besos. fantasmas que aprenden a crecer, abrazos que se mueren por volver.
se llamaba
utopía, me gusta imaginar que me engañó cuando se despedía.
¿cómo distinguir un ángel de un demonio? es sencillo: cuando te encuentres al borde de un precipicio, el ángel te tenderá la mano y el demonio te empujará. aunque, claro... entonces ya será demasiado tarde.
acceso directo a una cerveza fresquita en tu bar preferido en muy buena compañía.
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