-verás, por un lado es muy difícil que un hombre se atreva a acercarse a hablar con una mujer como tú. pero, por otro lado,
tú no tienes la culpa.
+así que la vida es difícil para todos.
-bueno. no si prestas atención. tú envías las señales adecuadas:
nada de pendientes,
tacones de tres centímetros,
pelo recogido,
gafas para leer pero sin libro... tomas un martini bien cargado porque has tenido una semana horrible y
no bastaba con una cerveza y, por si fuera poco llevas el cartel de "
vete a la mierda" estampado en la frente. porque ¿quién se iba a creer que existe un hombre por ahí capaz de sentarse con una mujer que no conoce teniendo verdadero interés por saber quién es, a qué se dedica, sin secretas intenciones?
+es imposible que exista algo parecido. y... un ejemplar así, ¿qué diría?
-pues diría: me llamo alex hitchens y trabajo como asesor. pero
a ella no le interesaría, porque estaría contando los segundos hasta que se largara.
+seguramente pensando que era como todos los demás.
-lo cual, según su propia experiencia, es todo un hecho. pero él le preguntaría cómo se llama y a qué se dedica, y quizá ella le mandase a la mierda, o puede que dijera...
+soy sara melas. llevo la columna de chismorreos del standard. y él haría todo tipo de preguntas indagadoras, porque estaría
sinceramente, aunque no típicamente interesado.
-no.
+¿no?
-sí estaría interesado.
+ah...
-pero pensaría que iba a ser prácticamente imposible convencerla de que su interés era realmente auténtico.
+bueno, podría ponerse
divertido y
encantador y ser
refrescante por su originalidad.
-ni aún así.
+¿y eso en el fondo no te cabrea?
-no mucho. los dos seguramente seguirían con la vida que siempre les había tocado. y yo creo que les iría muy bien.
encantado de conocerte, sara melas.
la vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan
sin aliento.
acceso directo a la canción que suena de fondo en el bar más increíble del mundo.