odio cómo me hablas y también tu aspecto. no soporto que lleves mi coche ni que me mires así. aborrezco esas botas que llevas y que leas mis pensamientos. me repugna tanto lo que siento que hasta me salen las rimas. odio que me mientas y que tengas razón, odio que alegres mi corazón, pero aún más que me hagas llorar. odio no tenerte cerca y que no me hayas llamado. pero sobre todo odio no poder odiarte, porque no te odio ni siquiera un poco. nada en absoluto.
-no puedes comprarme una guitarra cada vez que lo estropees, ¿sabes?
-lo sé, pero todavía queda la batería, el bajo y hasta la pandereta.
acceso directo a un "no me importa lo que piensen los demás".
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