él es como un piano acompañando un vals para flauta y violín. monótono, ligero, aparentemente innecesario. no lleva nunca las riendas de la situación, no eclipsa a los demás, sólo destaca en determinados momentos. y esos pequeños momentos tan efímeros son los que se recuerdan con cariño de esa monótona danza que es la vida. creemos que no le necesitamos, pero cuando se pierde, falta, o no sabe cuál es su papel en ese instante, todo lo construido hasta entonces suena vacío y sin sentido. cuando él falta, el resto cae por su propio peso.
historias para no dormir. noches en vela y música inapropiada para la situación.
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